Después de Encontrar a mi NOVIO con su Amante Regresé a CASA de mis Padres EMBARAZADA de Otro
Автор: Romance Infinito
Загружено: 2025-05-06
Просмотров: 32271
Описание:
Después de que mi esposo se acostara con su amante, una mujer que, irónicamente, tenía miedo a la oscuridad, tomé una decisión que cambiaría todo. Me fui embarazada, con el alma rota, pero la frente en alto. Empaqué cada uno de nuestros bienes, los metí en el coche sin mirar atrás… y lo dejé a él, sumido en la desesperación. Poco después, Andrés apareció en casa con una mujer. No era una desconocida. Yo la conocía. Era su “luz de luna blanca”, esa sombra persistente que nunca logró borrar de su corazón, ni siquiera después de tres años de matrimonio conmigo. Aun recordándola, se atrevió a traerla bajo nuestro techo. Pensando en todo lo que sabía —y lo que sospechaba—, le preparé una habitación, intentando no perder la compostura. Pero ella, con una vocecita temblorosa, dijo que no podía dormir sola. Que le daba miedo. Y entonces, Andrés empezó a dormir con ella… noche tras noche. Como si yo no existiera, como si mis latidos, ni el hijo que llevaba en mi vientre, valieran nada. Con una sonrisa serena —de esas que esconden tormentas— vendí la casa sin que él lo supiera.
Me marché, llevándome cada pertenencia y mi embarazo como escudo. Andrés, al descubrirlo, perdió la cabeza. Me buscó con desesperación, gritó, maldijo, incluso se atrevió a ofender a su adorada Yueguang. —¿Olivia, estás en casa? Soy Aurora, mi compañera de secundaria —dijo Andrés un día, de improviso—. Ha tenido algunos problemas últimamente y quiere quedarse en nuestra casa un tiempo. ¿Te parece bien? —Me parece estupendo —respondí con una amabilidad tan pulida que cortaba—. Ya que tú eres mi viejo compañero, también ella lo es. —Hola, Aurora —le dije mientras me acercaba, sonriendo con los labios, no con el alma, y extendía la mano para saludarla. Mi mano quedó suspendida en el aire… segundos eternos. Aurora no la tomó. Así que di un paso firme hacia adelante, tomé su mano con determinación y completé el saludo a la fuerza. Fue entonces cuando ella gimió con falsa fragilidad: —¡Ay, me duele! Su vocecita melosa era una mezcla de ingenuidad y veneno.
Повторяем попытку...
Доступные форматы для скачивания:
Скачать видео
-
Информация по загрузке: